¿Quién no escuchó hablar alguna vez de los manifiestos? Desde hace cientos de años, los manifiestos son la principal herramienta usada por grupos de artistas y activistas para transmitir al mundo sus ideas. Y, por supuesto, la tecnología digital, que es hoy el principal instrumento con el que la humanidad está transformando el mundo, tenía que tener su propio manifiesto.
Hablamos del Manifiesto Ágil, un breve texto del 2001 firmado por programadores y autores estadounidenses, británicos y neerlandeses que establece una serie de principios y valores para el desarrollo de software. Al Manifiesto Ágil lo ilustra una imagen difuminada en el fondo que representa a un grupo de personas paradas en ronda. Parece la reunión de un equipo IT, pero bien podría ser un grupo de poetas franceses del siglo XIX.
¿Son los desarrolladores los poetas del siglo XXI? No es necesario llegar a tanto, pero sí podemos decir que los desarrolladores de hoy, a través de su creatividad, su imaginación y su capacidad de trabajo en equipo, tienen la fuerza y los conocimientos para cambiar el mundo. El Manifiesto Ágil propone los fundamentos sobre los cuales los equipos de desarrollo pueden hacer de su trabajo una tarea más significativa, más creativa, más eficaz, más dinámica, y sobre todo, de mayor impacto.
Claves para entender el Manifiesto Ágil: más una filosofía que una metodología
Hace tiempo que pareciera haber una carrera entre las organizaciones tecnológicas para volverse “agile”. Pero los principios ágiles no son simplemente una serie de pautas organizacionales que se imponen a los equipos para que las memoricen, las apliquen y las fijen. Al contrario, son valores que hay que practicar diariamente y a conciencia.
Uno de los errores más comunes a la hora de construir organizaciones ágiles es concebir a la agilidad solamente como una metodología. Alcanzaría con seguir una serie de pasos, adoptar unas cuantas palabras clave, y ya está: ¡somos ágiles! Pero no. La base para construir organizaciones ágiles está en la decisión de comprometernos a un cambio radical de paradigma y en poner manos a la obra para implementarlo.
Los valores y principios ágiles, más que una metodología, representan una filosofía: los fundamentos sobre los cuales una organización se asienta para crecer y mejorar. Los valores ágiles son radicales y transformadores porque nos proponen, antes que nada, que pongamos el foco en la interacción entre las personas, en la funcionalidad del producto, y en el valor que generamos.
Cuando hablamos de los valores ágiles es importante resaltar que aunque valoramos los elementos de la derecha, valoramos más lo de la izquierda, los mismos son:
- Individuos e interacciones por sobre procesos y herramientas
- Software en funcionamiento por sobre documentación exhaustiva
- Colaboración con los clientes por sobre negociaciones contractuales
- Respuesta al cambio por sobre el seguimiento de un plan predeterminado
Valores que generan valor: los principios ágiles como fundamento para el trabajo colaborativo
La palabra “valor” circula constantemente en reuniones de trabajo, en charlas informales, en todas partes. Muchas veces la usamos sin pensar demasiado, o damos por sentado que todas las personas entienden lo mismo cuando hablamos de valor. ¿Pero qué significa realmente generar valor?
En redbee pensamos que la idea de valor no se puede separar de la idea de entendimiento. Es decir, para poder agregar valor en el proceso de creación de un producto, es indispensable entenderlo. Entenderlo quiere decir entender su razón de ser, la función que ese producto cumple dentro de un plan de negocios más amplio, y sobre todo entender cuál es el potencial impacto de ese producto.
Si trabajar desde el valor implica mantenernos siempre la atención puesta en entender los beneficios y el impacto de todo producto, entonces se deduce que una colaboración continua, fluida y honesta entre los equipos de desarrollo y los clientes (uno de los principios ágiles fundamentales) es clave para cualquier proceso de generación de valor que pretenda ser exitoso.
Un nuevo paradigma en la relación con los clientes: de la negociación a la colaboración
La capacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes, a nuevas necesidades y a nuevas demandas es una de las características fundamentales de las organizaciones ágiles. Por eso, en cuanto a la relación con los clientes, los equipos ágiles tienden a romper con la lógica comprador-proveedor, para fomentar relaciones fluidas y de confianza, más parecidas a una alianza entre socios que buscan un objetivo común que a un vínculo clásico entre clientes y proveedores.
Los principios ágiles promueven que la colaboración esté siempre por encima de las negociaciones de contratos. En las organizaciones ágiles, el trabajo con los clientes es un trabajo mano a mano que se realiza entre pares, haciendo foco en la mutua colaboración y en los objetivos comunes.
Este paradigma implica una relación particular con los cambios. Dado que abrazar el cambio es justamente un elemento clave de los valores ágiles, los equipos ágiles prestan atención a los desafíos que las condiciones cambiantes y los distintos contextos plantean a sus clientes, acompañándolos en las transformaciones necesarias e incluso anticipándose a los desafíos para poder abordarlos de manera proactiva.
Una característica que a nosotros en redbee nos parece importante, y que ponemos en práctica con nuestros clientes, es la transparencia. Como parte de fomentar relaciones colaborativas y abiertas, buscamos que nuestros clientes siempre conozcan tanto los impedimentos como los avances de nuestro trabajo y promovemos las herramientas que nos permiten alcanzar esa transparencia de una manera orgánica y fluida.
Los valores ágiles en la era del empoderamiento del talento
“Los proyectos se construyen alrededor de individuos motivados.”
Este es uno de los principios ágiles más importantes, y en un contexto en el que el sector de la tecnología se enfrenta a una crisis de escasez de talento que probablemente se prolongue en los próximos años, es más crítico que nunca.
Entre los desafíos más importantes de hoy, están generar un sentimiento de pertenencia en los equipos, fortalecer el sentido del trabajo, y brindar oportunidades de crecimiento.
En redbee nos alineamos con los valores ágiles porque tenemos el convencimiento de que la capacidad de crecimiento y mejora de cualquier organización está en las personas. Generar un espacio donde cada miembro del equipo tenga la oportunidad de crecer y de potenciar el desarrollo de nuevas habilidades es clave para que los equipos mantengan la cohesión y la motivación a lo largo del tiempo.
Aquí también cumple un papel fundamental la promoción de la transparencia en los procesos internos. El conocimiento compartido y la información abierta empoderan a los miembros de nuestro equipo, fortaleciendo su sentimiento de comunidad y de pertenencia. En redbee usamos herramientas de management que nos ayudan a entender en todo momento qué motiva a cada miembro de nuestro equipo, para así poder acompañarlos a setear objetivos de crecimiento y a adquirir las habilidades necesarias para alcanzarlos.
Un equipo motivado está en mejores condiciones de poner en práctica los valores ágiles que mejoran el desarrollo de software y permiten crear productos con mucho más valor.
Manifiesto Ágil, adaptabilidad y flexibilidad: crecer en un mundo en constante transformación
Desde que irrumpió en el universo del desarrollo de software, el Manifiesto Ágil ha ganado cada vez más popularidad, sirviendo de base para la gestión de miles de proyectos y fortaleciendo a toda la comunidad tecnológica. Los fundamentos ágiles son lo suficientemente flexibles para adaptarse a los cambios de circunstancias, a nuevas demandas y a nuevas expectativas.
En redbee creemos que poner a las personas -tanto a los equipos como a los clientes- en primer plano, tal como propone el Manifiesto Ágil, es la clave para que cada nueva experiencia y cada nuevo producto que desarrollamos sirva para seguir fortaleciendo a nuestro equipo y para agregar el mayor valor posible a nuestros clientes, ayudándolos a cumplir sus objetivos y a seguir creciendo.
